martes, 30 de noviembre de 2010

¿Puedes concebir una educación sin libros de texto?


  A lo largo de mi vida estudiantil he escuchado muchas veces a profesores y a alumnos como criticaban los libros de texto, e incluso yo mismo los he criticado, ya bien fuera por su mala organización, por su la faltan ejercicios para reforzar el aprendizaje del temario o por el excesivo temario que estos contenían. Pero a pesar de ello y por desgracias en contadas ocasiones he visto a valientes profesores que han dado el paso y han decidido no utilizarlos.
Los libros de texto desde hace muchas años han sido considerados una herramienta necesaria e imprescindible para todo profesor. Y esta necesidad del libro de texto ha sido captada por las editoriales y convertida en un negocio.



Así, en primer lugar, al preguntarnos por quién decide el contenido de los libros, aparece como respuesta las editoriales, grandes empresas que solo les interesa el negocio como anteriormente hemos dicho, y además un negocio que influye directamente en las políticas educativas de los gobiernos. En consecuencias, los libros de texto transmiten una determinada teoría pedagógica y unas concreciones curriculares y didácticas determinas que no son elegidas pues por el profesor sino por la misma editorial.
Entonces, podemos pasar a preguntarnos, y ¿quién son las editoriales para decidir la enseñanza de nuestro alumnos? ¿qué nosotros, los profesores no somos capaces de hacerlo después de tres años de carrera y pocos o muchos años de docencia? Y entonces, ¿para que han servido todas las horas dedicas al estudio de la educación primaria, si después nos volvemos sumisos a lo que dices y trasmiten los libros de textos?¿ En qué consiste nuestro trabajo, en leer el enunciado de los ejercicios de texto y corregirlos con el libro de soluciones? Pues por desgracias hay profesores que piensa así y ven los libros como una herramienta que les ahorra tiempos, esfuerzo y trabajo.
Así, esta idea de libros creados y acabados supone pues una desprofesionalización del profesorado. Una de las soluciones que se planteo en la conferencia para cambiar esta situación fue la posibilidad de que los maestros como especialistas en la educación pudieran decidir cuales serian los contenidos adecuados o no para sus alumnos.

En segundo lugar, podemos definir el libro como una “práctica discursiva” como bien dijo Jaume Martínez Bonafé en la conferencia del pasado miércoles: “Los libros de texto vinculan cada individuo a una identidad “ sabida, conocida y predeterminada” Así, mediante unas ideas y contenidos fijos que se trasmiten en los libros, se presenta un prototipo de alumnado ideal al cual deben parecerse nuestros alumnos. Hecho que no tiene en cuenta la diversidad del alumnado en el aula o la situación real de la sociedad, estableciendo así, una clara separación entre escuela y vida.

En tercer lugar, los libros de texto son un potente catalizador que determina una única forma de entender la enseñanza y el aprendizaje. Y es por dicha razón por la cual al preguntar a un grupo de futuros maestros si son capaces de concebir la educación sin libro de textos, la gran mayoría de estos contestan con una negación. Así, nos hacen pensar que la única vía para enseñar a nuestros alumnos es a través de los libros de textos y nos crean del mismo modo la necesidad de utilizarlos.


En conclusión, tras la reflexionar sobre este tema, puedo afirmar: Sí, imagino la educación sin libro de texto!. Y como herramienta alternativa a estos me planteo de forma personal y también invito a resto de futuros maestros que dejen a un lado lo libros de texto y utilicen las TIC para preparar sus clases y también que las utilicen en ellas, que hagan uso de su imaginación y de sus años de experiencia para mejor día a día sus clases, que planteen algunas de sus clases en base a aquello que sus alumnos quieran aprender o por lo que tengan curiosidad, que trabajen por proyectos, que compartan sus actividades a través de Internet y contacte con otros profesores que piensen como ellos.

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